Terminamos, me mira, me sonríe y me dice: Profe... ¿A usted le encanta la matemática, no? Se nota por las ganas que pone cuando explica...
Y me alegró el día... Es reconfortante que nuestros alumnos sientan la pasión que ponemos en lo que hacemos. Y que eso ayude a la hora de transmitir un conocimiento.
Para poder
motivar a los alumnos, debemos estar nosotros motivados. Y elegí esta profesión
por mi gusto hacia la matemática, y por el deseo de que muchos sientan lo
mismo…
Qué buena pregunta! Cuando tuve que pensar en una, no me acordé de esta, pero es de las mejores que te pueden hacer.
ResponderEliminarvictoria